Una abuela catalana estaba indicando su dirección a su nieto, que la iba a ir a visitar con su mujer.
– Cuando lleguéis al edificio, en la puerta de la entrada hay un gran panel del portero electrónico. Yo vivo en el apartamento 301. Apretáis el botón del 301 con el codo y yo os abro la puerta. Entráis, el ascensor está a la derecha, entráis en él y apretáis el botón del 3º con el codo. Cuando salgáis del ascensor, mi apartamento esta a la izquierda. Con elcodo tocáis el timbre.
– Muy bien abuela, todo me parece muy sencillo… ¿pero por qué tengo que apretar todos los botones con el codo?
– ¡Hombre! ¿Es que pensáis venir con las manos vacías?