Este es un tío que llega a una farmacia y pide algo para la diarrea. El farmacéutico de guardia, que hacía poco que ha empezado a trabajar, se confunde y le da un laxante.
El hombre sale de la farmacia y se toma el laxante. Inmediatamente empieza a notar los efectos y echa a correr como un descosido hacia su casa. A eso de 200 metros le para un peatón y le pregunta:
– Perdón, ¿Sabe usted donde hay una farmacia?
– Si. Siga la linea amarilla!!!