Entra un turista a una farmacia en Brasil y le dice al farmacéutico:
– Una aspirina, por favor…
El negro saca una aspirina enorme, del tamaño de un plato y se la envuelve. El tipo, confundido le pregunta:
– ¿No tiene una aspirina más pequeña? ¿Una de tamaño normal?
Y el negro le responde:
– ¡En Brasil fabricamos as aspiriñas mais grandes du mundu!
El tipo, asombrado, acepta la enorme aspirina y dice:
– Deme un tubo de pasta de dientes, por favor.
El negro saca un tubo del tamaño de un termo y le dice: – ¡En Brasil fabricamos o tubo do pasta dentífrica máis grande du mundu! ¿Vocé gusta algo máis?
El tipo lo piensa un poco y le responde:
– No, gracias negro, los supositorios los compro de regreso a mi país.